Presentación del libro:
"Algunos escritos y algo de reflexión"
"Algunos escritos y algo de reflexión"
Jorge Luis Canché Escamilla
Instituto Cultural de Oriente
Mérida, Yucatán, México, 2005
El libro de Jorge Luis Canchè Escamilla, Algunos escritos y algo de reflexión, con el sello del Instituto Cultural de Oriente, comienza con un Prólogo de Joaquín Bestard, una reseña magistral que abre el paso a una obra plena de valores éticos y filosóficos, que como impreso es pequeño, pero por su temática es grande. La gratitud, la amistad, la libertad, la naturaleza humana, el respeto mutuo, la civilidad y la responsabilidad y la memoria sociales, en un objeto físico de 20 por 14 cms., y un peso menor de un kilogramo. Me maravilla que las ideas más grandes queden impresas en un objeto tan liviano, como también el que con un alfabeto de 29 símbolos, podamos decir tanto.
Un día, para mi fortuna lejano, entendí que escribir libros es como hacer muñecos de plastilina, cada figura se puede destruir y rehacer, pero ninguna será igual a la anterior; eso sí, las formas y los colores que elijamos serán nuestra constante. Entendí también que no hay libro definitivo, único y último, que quien se apasiona por las letras y los libros, muere escribiendo. Que para justipreciar una obra es preciso conocer los trabajos precedentes del autor, Y que presentarla ante el público es una invitación a su lectura, es la ocasión para subrayar el valor del trabajo.
Jorge Luis canchè Escamilla logra en sus escritos conjugar pensamiento ético con vida cotidiana. En su escrito la “Gratitud mas que un simple concepto”, nos la define como “una acción limpia, pura,… un acto de nobleza,… que debería caracterizar a todo individuo” (p.23); y en el texto “Agradecer, acción de reconocimiento en cualquier tiempo”, (p.139), lo pone en práctica con el agradecimiento homenaje póstumo al periodista Rogelio Cárdenas, por haber accedido a difundir en el rotativo El Financiero, el Boletín de la Facultad Economía Hoy.
Algunos escritos y algo de reflexión, podría ser útil para biografiar a su autor. La celebración de las bodas de oro de don Luis Canchè y de doña Amada Escamilla, nos llevan por la historia familiar, el Halachò natal, y Sambulà -el barrio de la niñez y la juventud doradas. A través de la reflexión retrospectiva de su existencia, Canchè describe a la par, los cambios en el vecindario en el que las novenas, las ramadas y las posadas decembrinas, así como los incendios de abril y mayo en los montes y henequenales abandonados que entonces colindaban con el barrio, fueron desapareciendo ante los embates de la mancha urbana y las modas de mercadotecnia.
Las tradiciones son parte entrañable del autor, los que compartimos la vida laboral con él, sabemos que la imagen del abuelo que trae el maíz nuevo y dirige la cocción de la comida de las santa ánimas, no podía faltar en este libro; la cultura emotiva maya, armonía, reciprocidad, humildad y honestidad, aparecen en la obra a través de los consejos sabios de un padre, que promueve el respeto mutuo, y el buen juicio para vivir en conjunto. Esta es la esencia que hace de Jorge Canchè Escamilla, una persona amiguera. Las palabras y el sentimiento del autor por las ausencias de Raúl Maldonado, Hernán Menéndez y Salvador Rodríguez, nos muestran a un hombre profundamente conmovido. Y así como lamenta la muerte de sus amigos, se congratula, y felicita de manera desinteresada a los compañeros de labores por sus logros, y a la embajadora de la música yucateca por llevar a ésta por el mundo.
La pasión del autor por el deporte está casi en todos los textos; desde las retas en el campo cercano al “rastro municipal donde los zopilotes se atreven”, hasta los juegos dominicales con Hernán Menéndez y los hermanos Franco; pasando por el llamado de auxilio para la práctica del softbol, que según Jorge Canchè “está muriendo en Yucatán”.
Los colores encendidos de los flamboyanes que embellecían a la ciudad, perdidos por un desastre natural, y a punto de extinguirse de la faz citadina, son asimismo oportunidad para que Jorge Canchè Escamilla defienda con fervor su posición de amante de la naturaleza y su convicción de protector medioambiental. Don Jesús Silva Herzog, la Facultad de Economía, la Feria Municipal del Libro, los libros de los amigos, el chile habanero y la basura como un problema de educación y conciencia social, también están en este libro, son, podríamos decir, las fijaciones e intereses de su autor.
Aunque la metáfora de los muñecos de plastilina parezca simple, expresar por escrito nuestro pensar y sentir profundos es una labor intelectual y artesanal ardua. Manejar esos 29 símbolos que conforman nuestro instrumental lingüístico, de manera que los significados y los matices de las palabras elegidas expresen con exactitud nuestros pensamientos al lector, amerita trabajo constante, autocrítica y experimentación. Es común que queriendo darle ímpetu y fuerza a una frase, término u oración, acabemos escribiendo sin sentidos. “El silencio de las almas del cementerio”, con cuya compañía se quedaría doña Eva, conmueve a las lágrimas. “El resplandor de un espejo que no se puede imitar”, describe, embelleciendo, el deleite del autor al observar el brillo que produce el ir y venir de la franela de un limpiabotas de la Plaza principal de esta ciudad. Por el contrario, expresiones como Camposanto fúnebre de una naturaleza muerta, rojo azulado y un colorido verde, no logran el mismo efecto.
Nadie nace sabiendo, o nada sale bien a la primera vez, son dichos populares que encierran una gran verdad para quien escribe. Cada escrito, cada libro, es un intento mas por alcanzar eso que llamamos arte del lenguaje. Sé que Jorge Canché seguirá escribiendo, y que estará siempre atento a los juicios que deriven de su trabajo de escritor; y por ello me atrevo a decir que en lugar de denominar al libro “Algunos escritos y algo de reflexión”, lo cambiaría por Escritos, con mayúscula, y mucho de reflexión.
Bienvenido Jorge Luis Canchè al mundo de la creación literaria, de la expresión libre de las ideas, y del abrir el alma al lector anónimo. Felicito al Instituto Cultural de Oriente por la edición de este libro; parte fundamental de la educación superior es el conocimiento y difusión de las ideas. Recomendaría si, que en próximas ediciones incluyeran las convenciones editoriales de la página legal; es muy importante para esta joven institución proyectar al mundo su existir; el ISBN y la claves de catalogación, son el elemento de identidad científica, artística y/o literaria de una obra a nivel planetario. Enhorabuena al autor y al editor. Muchas gracias por el favor de su atención. Buenas noches.
Teresa Ramayo Lanz
Salón del Consejo Universitario, UADY
Mérida, Yucatán, 10 de enero de 2006
Instituto Cultural de Oriente
Mérida, Yucatán, México, 2005
El libro de Jorge Luis Canchè Escamilla, Algunos escritos y algo de reflexión, con el sello del Instituto Cultural de Oriente, comienza con un Prólogo de Joaquín Bestard, una reseña magistral que abre el paso a una obra plena de valores éticos y filosóficos, que como impreso es pequeño, pero por su temática es grande. La gratitud, la amistad, la libertad, la naturaleza humana, el respeto mutuo, la civilidad y la responsabilidad y la memoria sociales, en un objeto físico de 20 por 14 cms., y un peso menor de un kilogramo. Me maravilla que las ideas más grandes queden impresas en un objeto tan liviano, como también el que con un alfabeto de 29 símbolos, podamos decir tanto.
Un día, para mi fortuna lejano, entendí que escribir libros es como hacer muñecos de plastilina, cada figura se puede destruir y rehacer, pero ninguna será igual a la anterior; eso sí, las formas y los colores que elijamos serán nuestra constante. Entendí también que no hay libro definitivo, único y último, que quien se apasiona por las letras y los libros, muere escribiendo. Que para justipreciar una obra es preciso conocer los trabajos precedentes del autor, Y que presentarla ante el público es una invitación a su lectura, es la ocasión para subrayar el valor del trabajo.
Jorge Luis canchè Escamilla logra en sus escritos conjugar pensamiento ético con vida cotidiana. En su escrito la “Gratitud mas que un simple concepto”, nos la define como “una acción limpia, pura,… un acto de nobleza,… que debería caracterizar a todo individuo” (p.23); y en el texto “Agradecer, acción de reconocimiento en cualquier tiempo”, (p.139), lo pone en práctica con el agradecimiento homenaje póstumo al periodista Rogelio Cárdenas, por haber accedido a difundir en el rotativo El Financiero, el Boletín de la Facultad Economía Hoy.
Algunos escritos y algo de reflexión, podría ser útil para biografiar a su autor. La celebración de las bodas de oro de don Luis Canchè y de doña Amada Escamilla, nos llevan por la historia familiar, el Halachò natal, y Sambulà -el barrio de la niñez y la juventud doradas. A través de la reflexión retrospectiva de su existencia, Canchè describe a la par, los cambios en el vecindario en el que las novenas, las ramadas y las posadas decembrinas, así como los incendios de abril y mayo en los montes y henequenales abandonados que entonces colindaban con el barrio, fueron desapareciendo ante los embates de la mancha urbana y las modas de mercadotecnia.
Las tradiciones son parte entrañable del autor, los que compartimos la vida laboral con él, sabemos que la imagen del abuelo que trae el maíz nuevo y dirige la cocción de la comida de las santa ánimas, no podía faltar en este libro; la cultura emotiva maya, armonía, reciprocidad, humildad y honestidad, aparecen en la obra a través de los consejos sabios de un padre, que promueve el respeto mutuo, y el buen juicio para vivir en conjunto. Esta es la esencia que hace de Jorge Canchè Escamilla, una persona amiguera. Las palabras y el sentimiento del autor por las ausencias de Raúl Maldonado, Hernán Menéndez y Salvador Rodríguez, nos muestran a un hombre profundamente conmovido. Y así como lamenta la muerte de sus amigos, se congratula, y felicita de manera desinteresada a los compañeros de labores por sus logros, y a la embajadora de la música yucateca por llevar a ésta por el mundo.
La pasión del autor por el deporte está casi en todos los textos; desde las retas en el campo cercano al “rastro municipal donde los zopilotes se atreven”, hasta los juegos dominicales con Hernán Menéndez y los hermanos Franco; pasando por el llamado de auxilio para la práctica del softbol, que según Jorge Canchè “está muriendo en Yucatán”.
Los colores encendidos de los flamboyanes que embellecían a la ciudad, perdidos por un desastre natural, y a punto de extinguirse de la faz citadina, son asimismo oportunidad para que Jorge Canchè Escamilla defienda con fervor su posición de amante de la naturaleza y su convicción de protector medioambiental. Don Jesús Silva Herzog, la Facultad de Economía, la Feria Municipal del Libro, los libros de los amigos, el chile habanero y la basura como un problema de educación y conciencia social, también están en este libro, son, podríamos decir, las fijaciones e intereses de su autor.
Aunque la metáfora de los muñecos de plastilina parezca simple, expresar por escrito nuestro pensar y sentir profundos es una labor intelectual y artesanal ardua. Manejar esos 29 símbolos que conforman nuestro instrumental lingüístico, de manera que los significados y los matices de las palabras elegidas expresen con exactitud nuestros pensamientos al lector, amerita trabajo constante, autocrítica y experimentación. Es común que queriendo darle ímpetu y fuerza a una frase, término u oración, acabemos escribiendo sin sentidos. “El silencio de las almas del cementerio”, con cuya compañía se quedaría doña Eva, conmueve a las lágrimas. “El resplandor de un espejo que no se puede imitar”, describe, embelleciendo, el deleite del autor al observar el brillo que produce el ir y venir de la franela de un limpiabotas de la Plaza principal de esta ciudad. Por el contrario, expresiones como Camposanto fúnebre de una naturaleza muerta, rojo azulado y un colorido verde, no logran el mismo efecto.
Nadie nace sabiendo, o nada sale bien a la primera vez, son dichos populares que encierran una gran verdad para quien escribe. Cada escrito, cada libro, es un intento mas por alcanzar eso que llamamos arte del lenguaje. Sé que Jorge Canché seguirá escribiendo, y que estará siempre atento a los juicios que deriven de su trabajo de escritor; y por ello me atrevo a decir que en lugar de denominar al libro “Algunos escritos y algo de reflexión”, lo cambiaría por Escritos, con mayúscula, y mucho de reflexión.
Bienvenido Jorge Luis Canchè al mundo de la creación literaria, de la expresión libre de las ideas, y del abrir el alma al lector anónimo. Felicito al Instituto Cultural de Oriente por la edición de este libro; parte fundamental de la educación superior es el conocimiento y difusión de las ideas. Recomendaría si, que en próximas ediciones incluyeran las convenciones editoriales de la página legal; es muy importante para esta joven institución proyectar al mundo su existir; el ISBN y la claves de catalogación, son el elemento de identidad científica, artística y/o literaria de una obra a nivel planetario. Enhorabuena al autor y al editor. Muchas gracias por el favor de su atención. Buenas noches.
Teresa Ramayo Lanz
Salón del Consejo Universitario, UADY
Mérida, Yucatán, 10 de enero de 2006
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